viernes, 12 de septiembre de 2014

Poema de tristeza.

De "La fuente triste"

II

Dices que no tienen motivo mis penas,
pues las lloro mías cuando son ajenas...
¡Ay!, ese es mi encanto:
llorar por aquellos que no tienen llanto.

III

Como Dios me ha dado don de melodía
en música pongo mi melancolía:
que el llanto mejor
ese ese que rueda con dulce rumor.

IV

Cuando mi tributo reclames ¡oh Muerte!
dulce reina mía, ¿qué podré ofrecerte?...
¿Te daré mis alas?... ¡Ay!, pero mis alas
mancharon de cieno las pasiones malas.
¿Te daré mi llanto?... Mi llanto, bien sé,
como lo prodigo, que ni eso tendré.
Mas, como algo puedes, te daré, mi amor,
lo único que tengo propio: mi dolor.

VII

El mundo jugó en mis sueños,
la Mujer con mi corazón
y la llama de mi fe, pura,
sopló Satán y la apagó.

Y, pues, Mundo, Demonio y Carne
en mi alma vertieron su hiel,
cuando venga por mí la Muerte
poca cosa tendrá que hacer.

XIII

La enfermedad que yo tengo
mi corazón sólo sabe;
como él nunca la dirá,
nunca ha de saberla nadie.

La sabe el claro de luna
y el parque gris...: ¡preguntadles!
La sabe el viento que pulsa
las liras crepusculares...

Mis versos la están diciendo
y no la comprende nadie...
la enfermedad que yo tengo
en silencio ha de matarme.

Autor: Medardo Ángel Silva (guayaquileño)
Recuperado de:  http://poemasdeecuatorianos.blogspot.com/2007/10/de-la-fuente-triste.html

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